miércoles, 5 de junio de 2024

PROFESIONALES POLARIZADORES

 

Cada vez más nos encontramos con ese tipo de personas que Adela Cortina define como “profesionales polarizadores, gente que tiene por profesión enemistar y polarizar”. Están integrados sobre todo entre la clase política, pero en nuestras relaciones cotidianas y en el trabajo también abundan.

            Allí donde ven un atisbo de consenso o entendimiento, aparecen discrepando de las experiencias vividas de otros. De propuestas de relajación u ocio, hacen un discurso estresante y cansino. El/la polarizador/a profesional, siempre tiene una queja y un desacuerdo en su boca.  No hay nada bueno, todo es nefasto. Para ellos, nadie tiene razón, haciendo de la suya propia una sinrazón.

            Los profesionales polarizadores son consumidores de la manipulación y la crispación. Para ellos el hablar con personas que piensan de forma diferente, más que humanizarles, es tener la oportunidad de hacer su batalla diaria con el rival que siempre encuentran en el camino.      

            Cuando en el trabajo es necesario unificar criterios y tomar decisiones coordinadas, aparecen en escena desvalorizando a los compañer@s e iniciando la escalada de la negación. Una afirmación o consenso es motivo de su andadura hacia el desacuerdo. Ante un acuerdo de la mayoría siempre sacan las tarjetas amarillas y pitan faltas. Y sin dejar de pitar, tratan de que los consensos se dilaten y las razones se difuminen. Adoptan una actitud cerrada y se mantienen firmes en sus posiciones, estando más atentos a la propia necesidad que a la necesidad del otro o del grupo. Los más sibilinos hacen uso del discurso paralelo fuera de la reunión invalidando las propuestas del grupo.

            No es fácil relacionarse con este tipo de personas y a veces puede ser muy estresante. Pero si es posible y necesario salir del conflicto, enfrentar la situación y dejar en evidencia al manipulador y al mal profesional.

            La huida no es el camino y el enfrentamiento no es el recurso.  Una buena dosis diaria de empoderamiento personal y ética en nuestras actuaciones, son los mejores sprays preventivos para este tipo de contaminadores. La medicación curativa, se prescribe con la distancia a la desvalorización del otro y la firmeza en la aplicación de limites puestos a la sinrazón de los polarizadores que nos rodean.


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